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MÚSICA
RAMIRO ORELLANO

Esto es pop (2021)
de Varios directores

Con el pop se come, se cura y se educa

1-

     Durante años nuestros oídos fueron bombardeados por hermosas melodías, cantadas por voces perfectas y representadas en la piel de jóvenes aún mucho más hermosos. Digo fueron, pero también son. Quizás esas caras limpias y tersas ahora estén tatuadas, y esas voces “prodigiosas” ahora sean el resultado de un proceso de audio, pero la idea es más o menos la misma: hacer la canción perfecta, es decir, hacer pop.
     Lo cierto es que en la búsqueda de esa “canción perfecta”, la música pop como un negocio, puede llevarse por delante cualquier cosa. Por lo tanto, se puede afirmar que la historia del pop también es la historia de las miserias de la música, es decir, de plagios, peleas, escándalos y hasta de lo más inimaginable que leemos en las noticias diariamente. Pero al pop se le perdona todo. Digo, una canción tan buena como “Gone” de NSYNC ¿Acaso no justifica la indulgencia?

     El pop es una música moderna, en el sentido que es el resultado de la masificación de las comunicaciones, de la aparición de la radio, la televisión, etc.; pero también es el resultado del avance de las técnicas de reproducción cultural. Por ello, la historia del pop es la historia de “la copia de la copia de la copia”. Sin embargo, podemos entender a la copia no como algo negativo, ya que en esa búsqueda por llegar a la “canción perfecta”, y a partir de la producción musical, la pop copia, corta y pega modificando detalles mínimos que se van combinando de diferentes formas hasta que sucede la magia.  En definitiva, para que apareciera Britney Spears, antes hubieron incontables Britney Spears que no llegaron a ser, y quizás lo que las diferenciaba de la original era un pequeño detalle. En ese detalle, está el pop. En este sentido, la música pop no se diferencia mucho de una mercancía cualquiera, y se asemeja bastante a la idea de “Fake” que tiene Byung-Chul Han en el libro “Zhanzhai. El Arte de la falsificación y la deconstrucción en China” (Caja Negra).

 

2-
     La idea de la serie/documental como un formato tan masivo resulta extraña, pero como decíamos antes, si al pop le perdonamos todo, cómo no mirar un documental titulado “Esto es pop”. Este documental, estrenado hace unos días por Netflix, es un compendio muy sesgado de la historia de la música pop, sobre todo de EE.UU. durante los últimos 50 años, y donde se articulan de una manera bastante aleatoria la historia de festivales, sellos discográficos y grandes “peleas”,  junto a una especie de homenaje, muy “a lo netflix”, a los héroes ocultos detrás de los hits:  productores y productoras,  asistentes, ingenieros de sonido y hasta científicos. El documental intenta entonces, en cada capítulo, abarcar una temática diferente, que va desde el britpop y la política inglesa, hasta la historia del autotune, pasando por la música “de protesta”.
     También el documental cuenta -un poco- la historia del plagio, es decir, de cómo detrás de esos hits existieron miles de hits que no fueron. En relación con esto, lo que más me sorprendió (y hasta me pareció un poco cruel)  es la historia que cuenta el capítulo número 1, que trata sobre la banda Boyz II Man, la primer “boyband” de los años ‘90, la cual -pese a tener mucho éxito y talento- no logró trascender debido a los componentes racistas presentes en EE.UU.  En efecto, los integrantes de la banda eran descendientes de afroamericanos; sin embargo, su estilo, que era una combinación de elementos ya existentes, como la tradición soul y los cuartetos vocales, junto a bases de hip hop y una actitud un tanto “pandillera”, no fue desechado, por el contrario, su impronta fue directamente reciclada, copiada y transformada en una fórmula utilizada por otras “boybands”, pero esta vez de chicos blancos, lindos y vendibles, como los Back Street Boys o Justin Bieber. De ahí en adelante la historia ya es conocida.
     En este sentido, el documental es interesante, ya que intenta rescatar esas pequeñas historias anónimas y hasta accidentadas, que quedan fuera de los pósters y las publicidades. También hay una especie de reivindicación, muy pobre, de la relación del pop y la experimentación sonora , que suena a poco, en comparación con documentales como “Sisters Wihth Transistors”(2020), el cual aprovecho para recomendar: mírenlo, es oro.
     Pese a todo lo dicho, el documental tiene un gran problema, y es que no logra salirse de una idea de éxito muy ligada a los números, a las listas y a las ventas, en donde pareciera que una canción es un hit sólo si llega al número uno del ranking, cuando en realidad, lo que debería importar es lo que les sucede a las personas durante esos 3 minutos que dura la canción. En este sentido, coincido con el contundente criterio que utilizaba el productor sueco Denniz PoP para saber si una canción era o no un hit, y el cual consistía simplemente en si quería escucharla hasta el final o no. Porque en definitiva, si la pasamos bien, ¿Qué importan los rankings?

 

3-

     Una buena pregunta para cerrar sería la de si el mundo necesita otro documental sobre música, sobre todo si entendemos al documental como una especie de homenaje a algo que ya está finalizado. En ese sentido “Esto es pop” intenta reivindicar una edad de oro de la música pop, y diferenciarla de los nuevos géneros musicales como el reggaeton o el trap, entre otros, pero pese al intento, no creo que todo sea tan diferente. Pienso puntualmente en estas sociedades, que como dice Gilles Liptovetsky, están regidas por el imperio de la moda y condenadas al cambio constante. En ellas lo que aparece como “novedad” tiene que mostrarse como si fuera totalmente distinto a lo anterior. Y no lo descarto, ya que algunas cosas cambian. Quizás el artista del momento no haya sido descubierto en el coro de una iglesia, sino en un “reality show” o en una red social, y quizás su música no esté hecha por una banda virtuosa en un gran estudio, sino por una computadora en un cuarto. Pero creo que todos, desde Elton John hasta Billie Elish comparten lo mismo, y es hacer música, y como dice Madonna en “Music”: “La música une a las personas”.  En definitiva, ¿El mundo necesita otro documental sobre música?, quizás la respuesta sea no, pero sí necesita de buenas canciones. Así que adelante: nuestros oídos son suyos.

1 En http://www.carpetashistoria.fahce.unlp.edu.ar/carpeta-1/literatura/entrevista-a-mallarme-por-jules-huret-1891

RAMIRO ORELLANO

Es Licenciado y Profesor de sociología, egresado de la UNLP. Actualmente se dedica a la docencia en adultos y a disfrutar de la música