GUAY | Revista de lecturas | Hecha en Humanidades | UNLP

Janis, camina conmigo

Yanina Aurora
(Estudiante del Profesorado en Letras)

     Que alguien sujete las puertas del cielo. Ella y yo, dos viejas beatniks en la carretera, viajamos desde Texas hacia San Francisco. Es un largo viaje y el desierto es extenso. Todavía llevamos con nosotras la memoria de la sed y la huida. Pero nada puede detener a quien desea crear algo para la posteridad. En el camino acompañé a Janis hasta el altar de su diosa negra, la numen que le daría su último don. El ritual se llevó a cabo en una pequeña vivienda de piedra, circular y descendente. Sólo recuerdo el perfume de la bruma. Los cuerpos como cuarzos brillantes. Un canto muy dulce en una lengua desconocida. El fuego. La despedida en silencio. Y cómo miraste de frente al sol, querida Janis, ese atardecer.
     Antes me vestía de varón. Quería ser libre. La moda de los vestidos con forma de campana no iba bien conmigo ni con mi cuerpo, que necesitaba moverse. Cuando conocí a mi tribu fui muy feliz haciendo lo que quería. Fui muy feliz amando a quienes quería amar. Nuestros brindis decían: “por la paz, el amor, la verdad, la belleza”. Nuestra belleza. Nuestra verdad.
     La alegría que transmite su cuerpo abraza el dolor de todxs. Canta como una sobreviviente. Entro por la garganta al interior de sus sueños. Siento lo que no había creído posible, siento más allá de lo que alguna vez había logrado imaginarme.
     Me alimento de mis sentimientos. Me alimento de verlxs bailar. Yo solo canto lo que dicen sus cuerpos. Me dicen que esta es una nueva forma de cantar, yo digo que también es una nueva forma de vivir. Tengo sed. Pero por nada del mundo quiero parar. Hay una fuente de sabiduría infinita que se me revela. Manifestarla es el éxtasis. Es como hacer el amor. La música puede tocarte de maneras insospechadas.
     Le digo que la amo, que nunca me deje, que no sé qué voy a hacer cuando se vaya. Mientras le hablo, el viento le desordena el flequillo. No se escucha bien en la velocidad. En un gesto breve se lleva la mano a la frente. Haré que todo te vaya bien , pero no será verano todo el año.

Lara Mondino
(Estudiante de la LiceNciatura en Geografía)

Suena fuerte. No lo podemos evitar

Suena fuerte. Somos fuertes, nos hicimos fuertes

Suena fuerte, para que nos escuchen Escuchate, escuchame

Suena fuerte, porque somos muchxs. Fuertes

Que suene fuerte

Suena fuerte, como un Rock & Roll

Suena fuerte, en todas partes

Mis lugares

El club, El Barrio, la oficina, suenan fuerte

Espacios en transformación

Transformamos espacios

Nos transformamos

Suena fuerte, es la historia

Históricas

Suena fuerte, es el día a día

Una lucha constante

Suena fuerte, son lagrimas, es bronca, es enojo, muchas alegrías

Soñamos, sonamos

Miradas cómplices

Como olas reventamos contra un sistema que siempre nos excluyó. Es la historia

Suena fuerte, que explote

Suena fuerte, y no lo podemos evitar

Suena fuerte, somos mujeres, trans, lesbianas

Que nos escuchen, pedimos que nos escuchen

Melodías en acción, diferentes, distintxs

Nos mezclamos, nos unimos. Nos hacemos

No somos un color, somos todos los colores

Una obra de arte, la canción que amás

Suena y suena. Que no deje de sonar

Suena fuerte, porque el género es una construcción cultural, un proceso de representación y autorepresentación

Variantes

Suena fuerte, porque nadie es únicamente varón o mujer

Suena fuerte, por nuestra autonomía,

por la liberación de nuestros cuerpos

Que suene fuerte, bien fuerte.

Por mi abuela, mi mamá, mis hermanas, por mi.

Macarena Boccia
(Estudiante del profesorado en Historia)

Demasiado feliz, demasiado tonta, demasiado triste, demasiado histérica, demasiado baja, demasiado inteligente, demasiado gorda, demasiado fea, demasiado alta, demasiado desnuda.
Tan cerca de la libertad no queremos tu cuerpo. Queremos su falsificación. Su apariencia. Y sus frutos, por supuesto. Tus tiernos hijos: para la patria. La ropa ajustada a las normas. La cintura, entallada (no olvides que eres un objeto de deseo). Yergue tu postura. Un corset para tus pechos (no olvides que eres un objeto deseo). No habrá pezones escalofriantes.
Sí hay cuerpos que no entran, y no hay fuerza que contenga el botón de la camisa que ahora revienta. El pelo se suelta para envolverse en la tormenta.
la loba aúlla
se convocan jaurías de todos los pelajes para la celebración, un tiempo rampante los envuelve, se citan cuerpos desbocados que anuncian revueltas y revolcones. Con los hijos de la guerra se descalza esta potencia, lleva el pelo al viento, no se afeita, su risa es un cascabel, quiere un sexo solo animal porque así descubre el mundo sin muerte, se olvida de ella, alguien lo reprochará. Una energía necesita darse toda entera. Venderse a cualquier precio también puede encender una luz. Porque escucho una canción que mi oído tergiversa. Tal vez yo también necesitaba aullar lo mío.


you know I don’t need a man, honey Lord
you know
I don’t need a man


either take this love I offer
or just let me be