Ana Isabel García Llorente (1991-2017), conocida como Ana Sforza en la poesía y Gata Cattana en el rap murió el 2 de marzo de 2017 dejando tres EPs, algunas canciones inéditas, un poemario varias veces reeditado y un disco póstumo, que sus familiares y amigos publicaron a finales de 2017. El fallecimiento de la artista, a causa de un shock anafiláctico severo, no fue impedimento para que Banzai viera la luz en Spotify el 6 de octubre de 2017 y el 7 lo hiciera en formato físico y otras plataformas digitales.
El halo de misterio que envuelve este disco radica en la cantidad de mensajes premonitorios de una muerte próxima, que han reforzado la mitificación de la figura de Gata Cattana, impulsándola como máxima representante del rap cultural andaluz. Por ello, la fama con la que contaba la artista incluso antes de haber publicado un LP se pone de manifiesto en algunas canciones del disco, en las que el “mensaje encriptado” que varias veces menciona parece hacer coincidir sus propios detalles biográficos con los tópicos de vanidad humana y memento mori presentes en la tradición literaria española.
Por otra parte, su obra musical es un continuo, en el que la poesía, el rap-conciencia-hardcore y la política, difícilmente se distinguen. Podríamos estar hablando de un rap poético y social o de política hecha arte. Ella se definía apelando a sus tres facetas: “poetisa de día, rapera de noche y politóloga a ratos” (Entrevista con Ignacio Pato, para PlayGround, el 9.02.2016), pero en su obra es difícil definir a qué terreno pertenece cada una de sus composiciones. Su retórica es elocuente como la de un orador romano, a la vez que la composición de sus textos y los recursos literarios empleados nos recuerdan al bagaje cultural propio de los clásicos de las Letras españolas. A veces no sabemos si estamos en un evento activista o en una clase universitaria de Ciencias políticas. Asistimos a un eterno retorno en el que los mismos temas reparecen, reinterpretándose y resignificándose continuamente. Dichos temas, presentes ya en sus primeros trabajos, ahondan en las preocupaciones trascendentales del ser humano, que llevadas al rap literario, purifican las pasiones del oyente en un éxtasis catártico. Abundan las referencias mitológicas, culturales e históricas con un espíritu filosófico de cuestionárselo todo desde la reflexión estética evasiva, efecto posibilitado por el influjo musical del trap, la lucha política del rap conciencia y la catarsis que permite el arte.
La artista empezó en la música en 2015 y culminó con una publicación que podríamos considerar su primer y único álbum conceptual. El LP Banzai (2017) se compone de 13 tracks de entre 2 y 4 minutos de duración cada uno. El beat y la producción de la mayoría de las canciones corre a cargo de D. Unison, excepto la canción 7 y 12, de Nico Miseria, que anteriormente había producido con ella en el sencillo “Samsara”.
Es complejo argumentar el carácter conceptual de un disco que la misma autora no pudo completar. Sin embargo, encontramos un orden en todo este entramado de temáticas y sensaciones eclécticas, muchas veces contradictorias, que hacen precisamente que Banzai sea un discurso firme al permitir su lectura como obra total. Este conjunto no solo retoma los temas y estilos previos de la artista, sino que los contextualiza en el plano musical del momento y en su esfera vital. Así pues, los motivos mitológicos, culturales y políticos de antaño se retomarán con una estética más trabajada, con melodías procedentes del jazz o de la música electrónica y con colaboraciones de la escena más underground del sur, los canarios Scarface Johanson y Bejo. Pero esas innovaciones formales van acompañadas de un leitmotiv conceptual que encontramos en el significado de la expresión japonesa “banzai”, título del disco y de una de sus canciones, además de vértebra discursiva del mismo.
En palabras de la autora, la expresión se refiere a “ir a la batalla y soltarlo todo, quedarse tranquila”. Por una parte, quiere decir “Larga vida” o “¡Viva!”, grito de alegría, cuya dimensión estética conecta con un sentimiento de honra, admiración y respeto. Esta idea de eternidad, retomada por gran parte de su recepción, ha dirigido los múltiples homenajes en forma de murales con graffitis en su nombre, documentales, festivales o certámenes de poesía que se hicieron y están produciendose actualmente tanto en España como en Latinoamérica. En Banzai observamos esta noción en la base instrumental y el contenido retórico de los siguientes tracks. Las canciones “Nada funcionando” y “Hermano inventor” actúan como una bienvenida a la evasión, a la necesidad de reflexión personal introspectiva para descifrar un mensaje que aparece como hilo conductor del disco. Dicho mensaje, que ha de ser decodificado para que la Humanidad pueda seguir funcionando no es otro que la cooperación por un mismo fin: la libertad. El mensaje aparecerá resuelto en el último track, “Desértico”, canción de cierre del disco, en la que dice: “Contenido de Revoluçao […]/ diez mil oyentes bien usao’s son un ejército”.
Por el contrario, el tono lírico y festivo de la canción “Limonero”, rica en referencias identitarias del sur español, conecta con la evasión desenfadada de “Hasta el final” y “Estoy bien”, que sirven como contrapunto para suavizar temas de más hondura existencial, que se recuperan someramente en cada una de las canciones. Todas ellas responden con un carpe diem a la solemnidad de canciones como “Papeles” y “Cartas que no repartí” en las que se tematiza el ubi sunt, concepto predilecto en la obra de Gata Cattana. En “Papeles” asistimos a una verdadera preocupación por el devenir de su producción y la necesidad de frenar la mercantilización de su arte. Será esta canción la que conecte la cuestión estética de su obra, enunciada mediante la vida en la fama y la honra a sus orígenes: “Gloria y honor a mi estirpe es todo lo que dejo antes de morirme” (“Papeles”, Banzai) con el cauce profesional de su música. En mi opinión, precisamente estas dos dimensiones: una estética y una política, son las que estructuran la relación entre las canciones y la finalidad de este disco: la de trascender con su arte, quedar en la vida de la fama, retomando este tópico medieval que ya veíamos en la famosa elegía Coplas a la muerte de su padre, de Jorge Manrique.
Asimismo, el plano político de esta expresión lo observamos en la férrea defensa de su arte, novedad temática del disco. Dicha idea de protección identitaria entronca con el otro significado de la expresión. En un contexto bélico los samuráis gritarían “banzai” antes de ir a batalla, aludiendo al azar de su destino: a la victoria o la inmolación que conllevaría la derrota. Quizá podría interpretarse como la expresión similar en nuestra cultura: alea iacta est.
En el disco distingo dos lecturas en este sentido. Las canciones que tematizan este enfoque, a modo personal, son “Mi burra” o “Fuego”. En ellas se trata el desprecio hacia la mercantilización del arte o el uso de su imagen con fines publicitarios, es decir, todos los asuntos referentes a su oposición a las multinacionales que buscaban enriquecerse con su trabajo. Pero hay otra interpretación de este significado a modo colectivo, expresada mediante recursos del rap-protesta, que Gata utliza contra la llamada “ley mordaza”, nombre popular con el que conocía a la “Ley Orgánica de protección de la seguridad ciudadana” (2015), que restringía la libertad de expresión. Esta crítica se articula en las canciones “Fuego”, “Banzai” y “Desértico”. El grito de batalla que implica “banzai” tiene un correlato con la lucha conjunta como único método para lograr avances. Así, los tracks “Mi negra” y “El plan” son un llamamiento a la organización de ese colectivo que no disfruta de los privilegios del sistema y a costa de la explotación de los cuales se sustenta el capitalismo: las mujeres, las personas con diversidad funcional, los inmigrantes, la clase social con menos posibilidades económicas y educativas. En definitiva, los subalternos. Así pues, cuando se dirige a la recepción de su obra, lo hará desde el feminismo interseccional diciendo: “Para mis gatas, para mis putas, pa mi mulata en las esquinas paseando la minuta, todo el rato, para vosotras, nunca me sentí sola porque estábamos juntas” o bien, “Tengo a mi trupe chingona deseando atacar, cuando yo abra la boca, y diga ‘mata’”.
Por último, frente a la interrelación semántica que ofrece la expresión “banzai” en un plano reflexivo y político, la dimensión estética se presenta en la imagen del fuego como metáfora del flow, es decir, del potencial del rapero en su producción con fines creativos, como proyección para resignificar la escena, pero también para cambiar el mundo, en un plano político. Así pues, habrá alusiones frecuentes con esta ecuación: fuego= flow= catarsis, mediante el empleo del campo semántico de la destrucción, con variadas apariciones a lo largo del disco: “yo me destruyo en cada una de estas, cuando lo escribo, cuando lo grabo”, “descubriré el fuego”, “alimentando mi fuego”, “no te acerques mucho, que todavía quemo”, “tú quieres candela, yo tengo mechero”, etc.
Tras escuchar Banzai nos surge la duda de cómo habría evolucionado la trayectoria de Gata Cattana: ¿habría desarrollado su carrera musical o habría dejado de comercializar su rap, hastíada de la fama? En mi opinón, buscaba una fama en las ideas, en la mente, no un éxito material. Cansada de la mediocridad laboral como tantos otros jóvenes con formación universitaria, el rap suponía un salto a una mejor calidad de vida, atacando al sistema desde el sistema. Aun así, siempre se corre el peligro de convertirse en aquello que se repudia y que todo acabe “desértico”. Pero su “fuego” ha trascendido su obra y el icono que es actualmente la revive en cada manifestación contra la violencia de género, cada festival feminista y cada reproducción de alguno de sus tracks.
Es innegable que la proyección de Gata Cattana vivirá en la fama, en la memoria, en las infinitas posibilidades de su música para evocar, repensarse e interpretar el mundo de la manera que mejor encaje con nosotros. Hagamos manifiesto y homenaje poniendo en circulación el conocimiento de su música, de su figura y en definitiva, de su lucha, que no es otra que la nuestra.
Link del disco completo en YouTube: https://www.youtube.com/watch?v=JanSZolnch4&t=432s
Es Graduada en Filología Hispánica, Máster de Educación por la Universidad de Málaga (España). Doctoranda y docente en el Departamento de Ciencias de la Literatura y Estudios culturales de la Universidad de Wuppertal (Alemania).
Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación | Universidad Nacional de La Plata
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